¿Qué es la responsabilidad afectiva?

¿Sabes lo que es la responsabilidad afectiva? Entender este concepto y la importancia de ser transparente con los sentimientos propios y ajenos es una buena manera de tener relaciones más sanas y satisfactorias.

Muchas veces, las parejas están formadas por una persona que entiende la relación como algo serio y duradero, mientras que la otra imagina que es sólo algo pasajero y sin importancia. Como decía Antoine de Saint-Exupéry en «El Principito», «uno se vuelve eternamente responsable de lo que tiene cautivo». ¿O no es así?

Siga leyendo para entender de una vez por todas qué es la responsabilidad afectiva.

Diferencia entra la responsabilidad afectiva y la reciprocidad amorosa

La responsabilidad afectiva consiste en asumir tu papel respecto a las expectativas creadas en una relación. Al fin y al cabo, no está bien fomentar una relación, decir que se quiere a la otra persona y planear un futuro con ella, para luego decidir de la noche a la mañana que se quiere terminar.

Es natural que, en algún momento, alguien se replantee la relación y decida terminarla. Se trata de un riesgo que corre todo el mundo, incluso si, en el calor del momento, se puede decir que el deseo es mantener a la persona cerca «para siempre».

La responsabilidad afectiva es un acto que implica conversaciones racionales entre adultos que planean una vida en común. Es necesario respetar las promesas hechas en estas condiciones, lo construido por la pareja y las consecuencias que puede traer una ruptura.

Para facilitar la comprensión, diferenciaré este concepto de la reciprocidad amorosa: nadie está obligado a corresponder a los sentimientos de otra persona si no siente lo mismo. Sin embargo, esto debe quedar claro desde el principio: es un error y una irresponsabilidad hacer creer a una persona que es amada y deseada cuando, en realidad, no lo es.

Comprender la responsabilidad afectiva en la práctica

¿Cómo garantizar que las partes implicadas sean afectivamente responsables en la práctica? A continuación, presento algunos consejos para ayudar a alimentar una relación sana y mantener a la pareja en la misma línea.

Alinear las expectativas

Los sentimientos pueden ser confusos y llevar a la gente a decir, pensar y hacer cosas que no siempre reflejan la realidad. Aun así, en el calor de la pasión, es necesario detenerse un momento y pensar racionalmente: ¿qué espero de esta relación?

A partir de esta definición, también es bueno preguntarle al otro lo mismo: ¿qué espera de la relación? Esta alineación de expectativas hará que el noviazgo, el matrimonio o cualquier otro tipo de relación vaya siempre en la misma dirección.

Transparencia sobre los sentimientos

¿Y si la otra persona dice que no quiere comprometerse seriamente, pero ese es mi deseo? ¿Debo decir la verdad o seguir con la relación como pueda? Lo ideal es ser siempre transparente con los sentimientos. Cuando te das cuenta de que tus expectativas son diferentes, es necesario parar y pensar: ¿merece la pena seguir con esta relación?

Compromiso y empatía

Una vez que las expectativas están alineadas y la pareja ha decidido permanecer junta -sea cual sea el tipo de acuerdo que se haya establecido entre ellos-, debe haber un compromiso con lo acordado. No hay nada peor que ver cómo se quiebra la confianza en la relación y se rompen los lazos. Psicológicamente, el golpe puede ser importante.

Del mismo modo, no quieres ser la persona responsable de la infelicidad del otro. Aquí es donde entra en juego la empatía, otro aspecto clave de una buena relación. Ponte en el lugar de la otra persona y dale el trato que te gustaría recibir.

¿Entiendes ahora qué es la responsabilidad afectiva y por qué es tan importante? Respetar las emociones de las personas con las que nos relacionamos es esencial no sólo para la felicidad de los demás, sino también para nuestra propia realización emocional.