Síndrome del impostor

¿A veces sientes que  ocupas un lugar que no mereces? ¿O que tus logros son una farsa? ¿Te invade el miedo a que descubran que sólo aparentas saber o ser? Entonces, quizás estás padeciendo el síndrome del impostor. Y tenemos algo importante que contarte: eres suficiente.

En esta nota descubrirás de qué se trata este síndrome que afecta tu autoestima y cómo superarlo. Leé la nota completa y empezá a trabajar en tu crecimiento personal.   

¿Qué es el síndrome del impostor?

El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico que genera en quién lo padece la sensación de nunca encontrarse a la altura de las circunstancias y deriva en la incapacidad de aceptar que merece lo que ha obtenido como fruto de su esfuerzo. 

Básicamente, aquellas personas que tienen este síndrome consideran que el éxito que han obtenido no les corresponde o no lo merecen. Sus logros los adjudican a la suerte o a factores externos a ellos. No pueden conectarse con el logro como algo propio, y no visualizan el esfuerzo que realizaron para alcanzarlo. 

Además, se someten a la constante comparación, considerando que existen otras personas que tienen cualidades superiores y que son más merecedoras de ese lugar que ellos están “ilegítimamente” ocupando. 

Todo esto produce un miedo ansioso  o temor a que se descubra que son “impostores”. No sólo afecta a su salud mental, sino que también puede derivar en problemas físicos asociados a los efectos de la ansiedad. 

Detrás de este síndrome se esconde una falta de autoestima y un exceso de exigencia que pueden  tener su origen en condicionantes sociales, familiares o internos de cada individuo. 

¿Cómo saber si tengo el síndrome del impostor?

Síntomas del síndrome del impostor:

  • Adjudicar  nuestro éxito al azar o la suerte 
  • Tener  miedo ansioso a ser descubiertos en nuestra “farsa”
  • No tener consciencia de nuestros logros 
  • Falta de autoestima e inseguridad 
  • Imposibilidad de visibilizar nuestro valor 
  • Sensación de «no merecer» ese éxito 
  • Elevado nivel de autoexigencia y bajo nivel de autocompasión
  • Imposibilidad de recibir y acreditar elogios ajenos.  

Además de identificar las características con las que se presenta este síndrome, te acercamos un test online. Haz click aquí para completarlo. 

La clasificación del síndrome del impostor

Existen cinco perfiles de personas que pueden padecer este síndrome:

  • Individualista: Prefieren sobrecargarse de tareas, antes que trabajar en equipo. De ese modo sienten que evitan que se visualicen sus supuestas incapacidades. 
  • Perfeccionista: el nivel de éxito al que aspiran es tan alto, que muchas veces se vuelve irrealizable. Sus metas son demasiado altas y son incapaces de autoreconocerse pequeños triunfos porque sólo grandes logros son suficientes. 
  • Superhumano: ocultan sus inseguridades detrás del excesivo trabajo. Este tipo de comportamiento puede derivar en un perjuicio en sus vínculos afectivos, sociales y familiares.  Así como también puede afectar su salud mental y física. 
  • Experto: se caracterizan por un miedo irascible a ser descubiertos. Sienten una constante sensación de deshonestidad respecto a la figura de éxito que el resto construye  sobre ellos. 
  • Genio natural: personas con altos niveles de frustración. No toleran que las cosas no salgan bien en el primer intento. 

Síndrome del impostor: causas

Las causas del síndrome del impostor tienen su origen en distintos ámbitos: el plano social, familiar o interno de cada individuo. A continuación detallamos sus principales motivos: 

  • Exigencias familiares en la infancia: se da cuando un individuo se encuentra condicionado por un contexto que exige resultados ambiciosos o es sometido a constantes comparaciones con otro miembro familiar con logros destacables. Este tipo de dinámica puede llevar a ese niño a transformarse en un adulto con alta intolerancia a la frustración y un parámetro de éxito muy elevado. 
  • La autoexigencia: aquellos sujetos que tienen expectativas muy altas sobre ellos mismos, tienden a sobrecargarse de ansiedad y bloquearse mentalmentente.
  • Percepción distorsionada del éxito, el fracaso y la competencia:  son aquellos sujetos que tienden a realizar esfuerzos desmesurados por objetivos que después no los terminan compensando o haciendo sentir plenos.
  • Mandatos de género: a pesar que las mujeres se integraron al mundo laboral, todavía son estereotipadas con las imposiciones sociales de  maternidad y trabajo doméstico.  Esta concepción  deriva en una gran presión para las mujeres que, además de ocupar un rol profesional, sienten la imposición de cumplir con los papeles asignados socialmente.  

Lo curioso respecto a este punto, es que el  concepto del Síndrome del Impostor se acuñó en 1978 por las psicólogas clínicas,  Pauline Clance y Suzanne Imes, cuándo se investigaba cómo los prejuicios de género afectan a la autopercepción que las mujeres tienen de sí mismas. 

Estas investigadoras habían observado el caso de distintas mujeres exitosas académica y laboralmente. Lo llamativo era que cuando las psicólogas le preguntaban sobre cómo se caracterizaban, ninguna se describió  a sí misma como exitosa, y en cambio,  manifestaron una constante sensación de falsedad. 

Esta situación cambió abismalmente desde los 70´ a la actualidad, pero aún hoy la percepción propia de las mujeres se ve sesgada por la imposición de concepciones patriarcales que designan roles, capacidades y atributos negativos al sexo femenino. 

¿Cómo se cura el síndrome del impostor?

Antes que nada, es importante destacar que el síndrome del impostor es habitual cuando empezamos un nuevo desafío pero se  transforma en limitante si se vuelve crónico. Si tienes una sensación de insuficiencia constante, te recomendamos buscar ayuda de un profesional. 

Aún así, en cualquiera de los dos casos, podés aplicar algunos consejos para vencer el síndrome del impostor: 

  • Trabajar en el autoconocimiento e identificar cuáles son tus puntos fuertes y  qué te hace distinto al resto.
  • Conectarte con el esfuerzo que realizas para alcanzar tus logros: apuntar en un papel para encontrar evidencia de que no todo es responsabilidad de la suerte. 
  • Tomar consciencia de las devoluciones externas, sin minimizar los elogios. 
  • Adquirir control interno, empezando asumir que sos el único piloto de tu vida. 

¿Te sientes identificado con alguna de estas categorías? ¿Reconociste algún síntoma? Comparte tu parecer. Y recordá ¡eres suficiente ! Si crees que esta nota puede ayudar a alguien  ¡Compartila!